La demanda de que las empresas divulguen información sobre sustentabilidad de forma consistente a nivel global se ha convertido en una prioridad para la comunidad de inversores, así también como para diversos niveles de gobierno en todo el mundo.
Los diversos tipos de marcos de sustentabilidad se han regido por diferentes reguladores de dicho estándar; sin embargo, estos no han sido obligatorios ni consistentes en lo relativo a sus requerimientos. Así es como surgió el "greenwashing", donde las empresas pueden escoger y divulgar solo información que arroje una luz positiva sobre sus actividades, ignorando otras.
Esta fragmentación ha dado lugar al pedido de varias empresas en todo el mundo de la creación de un regulador del estándar que pueda continuar desarrollando el trabajo ya realizado por otras organizaciones y comenzar a emitir un único conjunto de estándares de sustentabilidad consistentes a nivel global, que pueda ser tomado como base de referencia en todo el mundo. De esta manera, las jurisdicciones podrían contar con una base de referencia global para los requerimientos en desarrollo y seguir elaborando otros que fuesen necesarios.
Debido a estos rápidos desarrollos es cada vez más necesario que las Juntas de Directores (u órganos de gobierno similares) y los Responsables del Gobierno (TCWG), como, por ejemplo, los comités de auditoría, aprendan sobre el tema y se mantengan actualizados sobre el estado de los requerimientos para el reporte de sustentabilidad en todo el mundo.